Estos días muchos lo hemos notado: webs inaccesibles, aplicaciones que no responden, servicios que se detienen sin previo aviso… Cuando una gran infraestructura global sufre una incidencia, el impacto se deja sentir en todo el mundo.
Y es en esos momentos cuando cobran más importancia valores que a veces se pasan por alto en los Datacenter: la cercanía, la resiliencia y la capacidad de respuesta humana.
Resiliencia y disponibilidad garantizadas
En nuestros centros de datos ubicados España y diseñados bajo estándares TIER III, la redundancia no es una promesa: es parte del diseño.
Energía, refrigeración y conectividad deben de estar duplicadas para asegurar continuidad total, y los equipos técnicos monitorizan cada detalle las 24 horas del día, los 365 días del año.
Es fundamental no depender de un único punto de fallo ni de una cadena de soporte remota. Si algo ocurre, se debe poder reaccionar en minutos, con personas reales al otro lado.
Proximidad y soporte humano
Cuando un servicio crítico se detiene, lo último que se necesita es una respuesta automática o un mensaje genérico.
Un cliente debe saber siempre a quién llamar y con quién hablar, conocer los nombres de quienes velan por su infraestructura y recibir una atención directa, sin intermediarios ni formularios impersonales.
Porque cuando algo falla, la tecnología importa, pero las personas marcan la diferencia.
Control y soberanía del dato
Cada vez más organizaciones valoran saber dónde están realmente sus datos y bajo qué normas se gestionan.
Nuestros centros de datos se encuentran en territorio nacional, sujetos a la legislación española y europea, con cumplimiento RGPD garantizado y trazabilidad completa.
Eso significa control, seguridad jurídica y tranquilidad: tres pilares esenciales para cualquier empresa digital.
Flexibilidad y soluciones a medida
No existen dos proyectos iguales. Algunos requieren máxima potencia de cómputo, otros priorizan el almacenamiento o la latencia mínima.
Es importante que el proveedor Cloud se adapte a cada necesidad, sin dependencias impuestas ni limitaciones externas.
Tú decides cómo escalar, qué recursos necesitas y cuándo hacerlo. La tecnología se ajusta a tu negocio, no al revés.
Cuando lo “hiper” no significa infalible
Las incidencias globales que afectan a miles de servicios nos recuerdan algo esencial: no se trata del tamaño, sino de la capacidad de respuesta.
Un centro de datos local ofrece no solo rendimiento y disponibilidad, sino también visibilidad, cercanía y responsabilidad directa.
Y en un mundo donde lo digital lo es todo, elegir bien dónde viven tus datos puede marcar la diferencia entre seguir operativo o detener tu negocio.
En nuestro caso, preferimos que nuestros clientes duerman tranquilos, sabiendo que su nube está cerca, protegida y en buenas manos.

Responsable de Datacenter en ASAC





